jueves, 14 de julio de 2011

Hermelinda Rasal (Tierra Dulce) poetisa i trovadora,

     
                  
                        Madeja de amor

Los hilos nos enredaban desenredaban,
convexos y más confusos con cada siesta,
  sellando mi “para siempre” de sueños
                         rotos.

Ni aquellos del “desapego” como camino,
lograron que yo aceptara lo transitorio,
        Hecho a golpes de más vivir.

Y lloré-ladré-gemí-maullé; gritaba mi
resistencia de bien nutrirme, ecuación
   De mi sufrimiento sin ver la Luz.

Más pasé los espasmos ciegos de ser dos
   trozos, lo vi marcharse, me levanté.
       ¡Ah, no es cosa de desesperos!

Amar no Acaba. Lo demás son los ciclos
nuevos. Todo nace, termina, todo crece,
  se va…Inaugura su  permanencia…
               Y al fin el cambio.

   Ah, no dijeron “los ciclos cambian.
El amor no.” No constan los abandonos
    en la secuencia, de ser un rodante
  libro que va girando, aunque a veces
en el Diario de dos en uno, los caminos
     de los amantes jamás confluyan.